La educación necesita indispensablemente de
la comunicación para satisfacer las necesidades que se presentan en la
actualidad. Entre estas está el romper los moldes en los que ha estado inserta
la educación, para lograr hacer frente a la “sociedad de la información” y al
desarrollo social y tecnológico, que evolucionan rápidamente.
Por estas razones, los estudiantes deben aprender
los nuevos procesos de comunicación con la ayuda de sus profesores y tutores,
los cuales deben comprender que la escuela no forma exclusivamente al
individuo, sino que hay otras influencias sumamente fuertes como la televisión,
la publicidad, la presión de grupo y el
Internet (Arévalo y Marquez, 2012).
Los aspectos mencionados anteriormente
conforman parte de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), que
como se dijo, han evolucionado al
interior de las aulas, y además, sus herramientas actualmente son fundamentales
para el desarrollo social y su implementación favorece el proceso de enseñanza
y aprendizaje.
Sumado a lo anterior, el auge de las TICs
no solo es a nivel educativo si no que ha impactado otros ámbitos como la
política, gestión, ciencias humanas, sociología, teoría de organizaciones, cultura,
deportes, entretenimiento e información, por lo que impactan grandemente en el
individuo y en todas sus esferas de desenvolvimiento. Las TICs, además, son de carácter
innovador y creativo, pues dan paso a nuevas formas de comunicación y permiten la transferencia individual de información
de todo tipo, incluso científica (Islas Maldonado, 2010).
Sin duda dentro de las TICs el elemento más
poderoso y revolucionario ha sido Internet. Las personas incluso, además de
desenvolverse y comunicarse en el mundo físico, también lo hacen de manera
virtual, utilizando recursos de comunicación novedosos y diferentes como lo son:
los foros, el teletrabajo, la teleinformación y el teleocio.
Dados todos los cambios mencionados anteriormente,
la comunicación en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, ha cambiado. Por esto,
mediante la incorporación de herramientas se debe optimizar la transmisión de
mensajes e información entre el estudiante y el tutor y entre los mismos
estudiantes. Esto siempre, tomando en cuenta otras teorías y fundamentos que rigen
el proceso de enseñanza y aprendizaje como el establecimiento de objetivos y
metodología adecuados (Islas Maldonado, 2010).

Como se ha mencionado anteriormente, los
medios de comunicación juegan un papel esencial en la educación. En este
sentido, se debe buscar que el estudiante se forme con conciencia crítica y
desarrolle actitudes activas y creativas para hacer frente a los envolventes
procesos de comunicación en los que está inmersa la sociedad actual, siempre
tomando en cuenta el contexto socio cultural (Cabero y Aguaded, 1995).
De hecho, en 1994 la UNESCO estableció que:
“(…) en toda circunstancia, la historia, la creación, la utilización y la
educación de los medios de comunicación como artes prácticas y técnicas, así
como el lugar que ocupan los medios de comunicación en la sociedad, su
repercusión social, las consecuencias de la comunicación mediatizada, la
participación, la modificación que producen en el modo de percibir, el papel
del trabajo creador y el acceso a los medios de comunicación (...)" (UNESCO, 1994,
citado por Cabero y Aguaded, 1995). Lo anterior implica entonces, un cambio en
los objetivos y metodologías de los programas educativos y la incorporación de
corrientes teóricas e ideológicas pertinentes.

Fotografía: Proyecto One Laptop per child (http://one.laptop.org/)
Es importante mencionar que, relacionado
con lo anterior, la mediación pedagógica y diseño de medio debe tomar en cuenta
sus posibilidades para la comunicación y su potencial para crear entornos de
aprendizaje colaborativos, sin dejar de lado las características de los
objetivos a transmitir y el contexto donde se introducen (Cabero, 2011).
Para finalizar, es fundamental decir que la
comunicación aplicada a la Tecnología Educativa abre puertas a la posibilidad
de expresión y elaboración de documentos expresivos adaptados a entornos de
aprendizaje específicos, que los estudiantes interpretan y utilizan en función
de sus propios esquemas o parámetros culturales y no solo se trata de presentar
y ejecutar funciones ya hechas (Cabero, 2011).
Bibliografía
Arévalo, J., Marquez, C. (2012). Trabajo de
comunicación, educación y desarrollo sobre Daniel
Prieto Castillo. Universidad de Pamplona, España.
Prieto Castillo. Universidad de Pamplona, España.
Cabero, J. (2011). Tecnología educativa: su
evolución histórica y su conceptualización. Universidad
de Sevilla. Disponible en http://mc142.uib.es:8080/rid%3D1JGRDVCYP-22JJ5G2-
V10/Capitulo_Muestra_Cabero_8448156137.pdf
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Cabero, J., Aguaded, I. (1995). Educación y
medios de comunicación en el contexto Iberoamericano.
Universidad Internacional de Andalucía. Disponible en http://ftp.ceces.upr.edu.cu/centro
/repositorio/Textuales/Libros/TEdu_Educaci%C3%B3n_y_medios_Comunicaci
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Islas Maldonado, Ojuky. (2010). Fundamentos
de Tecnología Educativa. América Learning
and
media en Latinoamérica. Disponible en http://www.americalearningmedia.com/edicion-010/122-
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UNESCO (1984): La Educación en materia de
Comunicación. París, UNESCO.